Todo proyecto empieza con una idea. Un plano que refleja la visión del arquitecto, del interiorista o del propio cliente final. Sin embargo, convertir esa idea en un espacio real requiere materiales capaces de cumplir dos condiciones esenciales: funcionar técnicamente y elevar la estética. En este terreno, la cerámica de gran formato transformada en porcelánico a medida se ha convertido en una solución imbatible.
El proceso comienza con la elección de la placa cerámica. No se trata de una selección aleatoria: entran en juego factores como el acabado, la textura, la tonalidad y el destino del proyecto. Un material pensado para una encimera de cocina no afronta las mismas exigencias que un suelo de alto tránsito o que una fachada exterior. En PLAKA, esa primera fase es clave para garantizar que el resultado sea duradero y coherente con la idea inicial.
A partir de ahí, se activa la fase de transformación. El porcelánico, gracias a su formato XXL, permite crear superficies amplias y continuas. Pero para lograrlo se requieren cortes de precisión que adapten cada pieza a su función: encimeras, mesas, escalones, revestimientos o pavimentos. El mecanizado, el pulido y los acabados finales son los que marcan la diferencia entre un simple material y una superficie de alto diseño.
Una de las innovaciones más valoradas es el PLK System, desarrollado para eliminar juntas visibles y reforzar la continuidad estética. Esta tecnología se traduce en espacios más homogéneos, fáciles de mantener y con una elegancia que perdura en el tiempo.
Las aplicaciones son prácticamente infinitas. En cocinas, el porcelánico permite unificar encimera, isla y mesa en un mismo acabado, logrando armonía y resistencia frente al uso intensivo. En baños, ofrece superficies impermeables e higiénicas con un mantenimiento mínimo. En escaleras o suelos de alto tránsito, resiste la abrasión y el peso diario sin perder estética. Y en exteriores, soporta los cambios de temperatura y la exposición a la intemperie con total garantía.
Un ejemplo real: Casa Michi
Un buen ejemplo de este potencial es Casa Michi, un proyecto de la interiorista ANA arquitectura. En esta vivienda, cada decisión responde a una idea global y coherente. La cocina integra de forma discreta una lavandería en una pieza de mobiliario, separada visualmente para que cada uso tenga su lugar sin interferencias. Otro gran acierto, está en la mesa de comedor. Un diseño a medida, fabricado con el mismo acabado que la encimera, gracias a la transformación del porcelánico realizada por PLAKA. El resultado es una superficie funcional y duradera, capaz de resistir incluso el calor directo de una sartén, que aporta continuidad estética y refuerza la armonía del conjunto. Sin duda, un resultado cuidado, pensado y que no le falta detalle.
En definitiva, transformar una placa cerámica de gran formato en porcelánico a medida no es un simple proceso industrial: es dar vida al diseño. Es la unión entre técnica y creatividad, entre precisión y visión estética. Y es también lo que convierte al porcelánico en una de las soluciones más completas del interiorismo contemporáneo.